domingo, 12 de junio de 2011

No dependamos de los medios

Les dejo un video en referencia a lo que aparece anteriormente publicado. Que la televisión sea un medio para la educación, pero que la enseñanza no dependa enteramente de ella. Que únicamente se utilice si son correctos los valores que enseñe..

También puede pasar que el alumno pase mucho tiempo delante del televisor o frente a los elementos que el mundo moderno le brinda. Ante esto, creo que el maestro y los padres deben también, poner cierto limite a estos elementos. Por ejemplo un alumno del secundario que esta constantemente utilizando la calculadora, luego cuando tenga que pensar una cuenta mentalmente, lo mas probable es que tarde demasiado, cuando en verdad no debería.
Por esto creo que, así como el maestro tiene que utilizar estos medios de comunicación que da el mundo moderno, como es por ejemplo la televisión, también tiene que ponerle límites a estos recursos.

Educación incorrecta

Personalmente creo que la televisión puede ser un mediador muy bueno para la educación de los niños. Pero siempre y cuando sea adecuada la información que utilicen los medios para educar. porque muchas veces puede hacer que los niños aprendan valores errados o incluso que no aprendan absolutamente nada (este es el caso de los programas vacíos de contenido que sólo buscan animar o entretener al publico)

La tecnología y la escuela por Edith Litwin

El desarrollo actual de la tecnología redefine las tareas intelectuales de la escuela. Fuera de ella impactó en los espacios de juego de los niños y de los jóvenes y generó un nuevo estilo de pensamiento signado por la respuesta rápida, el ensayo y error como estrategia cognitiva, el accionar individual y la carrera de obstáculos como estrategia de resolución de problemas.
La escuela—y esto entendemos que es parte de su crisis actual— desconoció el impacto de la tecnología en la cultura en lo que refiere a las nuevas maneras de operar y en el desconocimiento, contenido en una buena justificación teórica epistemológica, respecto de su carácter de herramienta; ignoró el actuar tecnológico que implica hoy, fundamentalmente, el conocimiento abierto a las velozmente cambiantes condiciones.
Al pensar que mientras se espera recibir una computadora se puede jugar o construir una computadora de cartón, planteo presente en algunas propuestas de capacitación docente en la reforma actual en nuestro país, se desvalorizan los conocimientos adquiridos en las prácticas cotidianas y se subestima a los docentes y sus alumnos en relación con el actuar tecnológico. En otros casos, las computadoras son utilizadas como escenarios que se trasladan de una escuela a otra para dar cuenta de nuevos y modernos equipamientos o del incremento y renovación de la infraestructura, sin estudiar o garantizar la existencia de soft para su utilización, de enchufes o, mucho más simplemente, del pago en término de la cuenta de la luz. Otras computadoras llegan desarmadas y se desconoce cómo armarlas, se guardan bajo llave para que no se roben o se inutilizan para que no se rompan.
Pero nuestro análisis no guarda relación directa y unívoca con una partida presupuestaria que permita la incorporación de computadoras en las aulas. Una escuela donde se desarrolle el pensamiento crítico y creativo implica reconocer, desde la perspectiva del conocimiento, que las prácticas rutinarias, descontextualizadas de los problemas auténticos, difícilmente permitirán el desarrollo de la capacidad de reflexión.
Se trata de reconocer problemas reales y no de seleccionar para la enseñanza problemas de juguete, pedagogizados que no implican ningún desafío para el estudiante y que se suelen resolver aplicando ritualidades. Los problemas auténticos no suelen tener respuestas unívocas o fácilmente predecibles e implican, en la mayoría de los casos, verdaderos desafíos cognitivos. Las modernas tecnologías pueden resolver muchas de nuestras preocupaciones respecto del conocimiento en tanto representan poderosas herramientas de resolución de las comprensiones y pueden tender mejores puentes entre el conocimiento disponible y las actuaciones necesarias para su utilización. Pero no se trata de que los últimos desarrollos de la tecnología, como luces de colores, vayan a resolver estas cuestiones. Las nuevas tecnologías impactan la cultura de todas las sociedades, desde los sectores más ricos hasta los más carenciados y marginales. En cualquiera de las situaciones, el uso de la tecnología puede implicar la implementación de excelentes propuestas para la resolución del acceso al conocimiento o la utilización de otras empobrecedoras. En todos los casos, nuestros desafíos en el sistema educativo tienen que ver con la elección de las prácticas que rompan los ritos y den cuenta del compromiso que asume cotidianamente el y la docente a fin de que los alumnos aprendan en el vertiginoso mundo contemporáneo, comprometidos en la recuperación de una enseñanza solidaria en los difíciles contextos de la práctica cotidiana.

La televisión también puede educar..

acá les dejo otra película sobre los valores que a veces nos brinda la televisión

Los lenguajes de la modernidad

El siglo XX es el siglo de la ciencia y de la tecnología. Más ciencia y tecnología en nuestra vida cotidiana (en los aparatos domésticos, en los medicamentos, en las comunicaciones, en los entretenimientos) no ha significado, sin embargo, más ciencia y tecnología en la institución que prepara a las generaciones jóvenes para insertarse en la sociedad, o sea en la escuela.

Esto no fue grave mientras nuestro aparato productivo tampoco basaba su eficiencia en la inclusión de ciencia y tecnología. Pero eso está cambiando ahora. Avanzar en el crecimiento y resituarse frente al mercado mundial significa, entre otras cosas, formar parte de un mercado laboral internacional, donde la competitividad de los habitantes de un país depende no sólo de la prosperidad de las compañías, sino de las tareas o funciones que cumplan -o sea del valor que se pueda agregar- dentro de la economía mundial

Para el crecimiento de la competitividad hay una condición básica: se debe garantizar que exista, además del capital financiero y de la tecnología, el capital humano adecuado. Esta es una de las funciones centrales del nuevo istema educativo. Por esto todos los países están haciendo fuertes esfuerzos para transformarlos:
las clásicas escuelas que conocimos no alcanzan para formar masivamente las competencias adecuadas para enfrentar el siglo  XXI.¿Cómo se forman? Con un sistema educativo que garantice que todos dominen los siete lenguajes de la modernidad. ¿Cuáles son?

Altas competencias en lectura y escritura. Saber comunicarse usando   palabras, números, imágenes; navegar diestramente por las superautopistas de la información a través de redes electrónicas.
Altas competencias en cálculo matemático y resolución de problemasAprender a resolver problemas en cada uno de los campos del saber: matemáticas, geografía, lenguaje, relaciones humanas.
Altas competencias en expresión escrita. Saber describir, analizar, comparar, es decir, exponer con precisión el pensamiento por escrito; manejar signos, símbolos, datos, códigos, manuales, directorios, bibliotecas, archivos.
Capacidad para analizar el entorno social. Ser democrático. Saber intervenir y participar en el ejercicio de la ciudadanía. Ser capaz de organizarse para defender intereses y solucionar problemas sin violencia, por medio de la deliberación y la concertación, respetando reglas y leyes establecidas.
Capacidad para la recepción crítica de los medios de comunicación social,  que producen y reproducen nuevos saberes, éticas y estilos de vida. Todos tienen que ser receptores activos de los medios de comunicación (cine, televisión, radio, revistas, etc.) para poder analizarlos críticamente y expresarse en sus lenguajes.
Capacidad para planear, trabajar y decidir en grupo. Saber asociarse, saber trabajar y producir en equipo, saber concertar, son saberes estratégicos y fundamentales para la democracia.
Capacidad para ubicar datos y usar mejor la información acumulada. Saber consultar en las bibliotecas, hemerotecas, videotecas, centros de información y documentación, museos, revistas científicas, bases de datos, redes electrónicas; saber describir experiencias, sistematizar conocimientos, publicar y difundir trabajos.

Cambios urgentes
La manera de llegar a estos objetivos está en el centro del debate educativo actual en el mundo. Para lograrlos hay que cambiar lo que se enseña, cómo se enseña, dónde se enseña, quién lo enseña. Hay que cambiar cómo se manejan las escuelas, quién nombra a los docentes, quién maneja los recursos, cómo se toman las decisiones.
Estos cambios son urgentes. Muchos de ellos están ya en marcha, pero tomará tiempo para que puedan generalizarse y tener suficiente visibilidad. Se trata sólo del primer paso que, aunque sea el más difícil y el más comprometido, no alcanza.
Es hora de hacer que nuestras escuelas y nuestros docentes vuelvan a tener el lugar que merecen en la sociedad. Pero esto no se logrará si no cambian justamente los aspectos que tocan de manera más directa los intereses corporativos de los sectores involucrados.

Por Inés Aguerrondo Para La Nación; Subsecretaria de Programación Educativa del Ministerio de Cultura y Educación